La misión de Amilon con nuestro planeta
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La misión de Amilon con nuestro planeta

La misión de Amilon con nuestro planeta

La misión de Amilon con nuestro planeta

 

Vivimos en un mundo de rápida trasformación.

Cuando empezamos con nuestro negocio en el 2007 la mayoría de los premios que se movían en el mercado eran físicos. Era impensable imaginar un catálogo de premios de supermercados, aerolíneas, bancos, para clientes, fuerza de ventas o distribuidores que no estuviese constituido por sartenes, vasos, televisores, teléfonos móviles, jamón o botellas de vino.

En aquellos días teníamos la idea y la esperanza que todo podía transformarse en algo digital, quizás un sueño, pero teníamos claro el concepto que todo podía evolucionar hacia una manera sostenible con el medio ambiente. El camino fue muy difícil, por múltiples motivos, pero al final alcanzamos el objetivo de poner en marcha nuestro concepto, y lo más importante, expandirlo por todo el mundo.

Os invito a pensar por un momento en todos los catálogos que son imprimidos, en todos los barcos llenos de productos chinos que viajan hacia Europa y en los camiones que luego se desplazarán desde el puerto de Rotterdam, entre otros, hasta los almacenes, donde se almacenarán para su posterior reparto entre consumidores que ellos a su vez, podrán también devolver sin problemas. Imaginad además todos los productos que se rompen en el trasporte y que deben ser restituidos. Y también en todos los plásticos empleados para imprimir las tarjetas regalo físicas y en las bolsas de papel utilizadas para su empaquetado. Todo esto, para gestionar premios de catálogos que valen miles de millones de dólares.

Nosotros desde el principio pensamos que este flujo podía funcionar de manera diferente; un mundo más ecológico, donde la gente pudiera visualizar un catálogo web en la pantalla del proprio ordenador o smartphone, pedir en tiempo real una tarjeta virtual de Mediamarkt, Decathlon o del Corte Inglés, y acercarse al punto de venta para utilizarla in situ y comprar productos útiles y necesarios, o directamente hacerlo desde el e-commerce de la marca en cuestión. Todo un proceso ágil, sin envíos físicos de tarjetas y sobre todo, sin esperas.

Claro que siempre existirán productos físicos en el punto de venta, pero con una gestión logística centralizada y más eficiente: es diferente enviar un televisor que tenga que pasar por múltiples actores (productores, distribuidores internacionales y locales y almacenes de la agencia) respecto a un televisor que el productor envía directamente a la tienda de Mediamarkt donde el usuario final lo compra directamente.

Creemos en un mundo donde se imprime y se envía físicamente lo menos posible, donde los clientes finales pueden elegir un premio a través de una pantalla y lo pueden recibir en tiempo real, donde el usuario final tiene la libertad de elegir en un punto de ventas qué quiere comprar y no solo el televisor o modelo de teléfono impuesto que encuentra en un catálogo cerrado, con la incertidumbre de tener que devolver el producto cuando lo reciba por no cumplir sus expectativas.

Sabemos que no todos están de acuerdo, pero nosotros creemos firmemente que este reto puede, aunque sea en mínima parte, mejorar el mundo en el que vivimos. Y nos no parece poca cosa 😊

– Artículo de Davide Secchi, Director de Ventas Internacional –